¡El duelo de las hermanas comienza el 25 de septiembre!

Fragmento del diario personal de Ermelinda Jung

Esos sabuesos de la Alianza no aprenden. Les di una buena paliza la última vez, pero parece que se preparan para una revancha. ¿Qué esperan conseguir? Creo que no les funciona bien el cerebro. ¿Qué probabilidad hay de que el resultado sea diferente? Un lado de esta ecuación (o inecuación, en realidad) es una estructura aburrida, rígida y burocrática enmascarada como una camarilla internacional secreta. Del otro lado, hay una científica e ingeniera en crecimiento y ambiciosa que ya lidió eficazmente con los invasores que querían quedarse con sus creaciones (y las de su padre) y entorpecer la libre búsqueda del conocimiento.

Lo más importante es que esta investigadora osada acaba de completar lo que podría llamarse su magnum opus (por ahora). Diseñar y construir un generador y proyector potente no es la gran cosa. Sin embargo, sí lo es integrar ese dispositivo con unos satélites de órbita baja para redirigir la energía hacia la superficie del planeta e instalar un módulo de control en un vehículo blindado. ¡Las noches que pasé sin dormir por trabajar en mi Projekt personal y los litros y litros de café que preparó mi asistente personal al fin dan resultado! Le ordenaré a este Centinela modificado que traiga una botella de champaña de la bodega; ¡Hyperion funciona a la perfección!

Grabación del diario de voz de Hannelore Ritter

No todos pueden sentir lástima por Ermelinda; la mayoría se decantan por la admiración o la envidia: es inteligente, hermosa y joven, pero también muy exitosa. Sin embargo, tenerlo todo no garantiza estar en paz. La ambición lo consume todo: es un fuego alimentado por los logros. Sé que mi hermana menor está pasando un mal momento en su vida; lo sé bien porque yo pasé por lo mismo. Los prodigios como nosotras maduramos lento, y una mente poderosa se engaña a sí misma fácilmente. Sé por experiencia que su búsqueda del conocimiento ilimitado es en realidad un deseo de conseguir reconocimiento, sobre todo el de nuestro padre, a quien ella idolatra (ingenuamente). Además, quiere que la acepten y ayudar a una causa. (Nota personal: Entiendo que esa es también mi motivación para ayudar a la Alianza a modificar sus vehículos corrientes. Y sí, disfruto cuando me felicitan por mis soluciones y cómo la operadora novata, Jana, intenta impresionarme.)

El problema con los Wunderkinder es que nuestros juegos pueden lastimar mucho a otros y, claro, también a nosotras. Me pregunto si Ermelinda entiende el potencial del nuevo invento. Es un arma de destrucción masiva, pero lo peor de todo es que puede potenciarse más. No debe terminar en las manos equivocadas. (Nota personal: La Alianza tiene muchas manos. ¿Cómo puedes estar segura de que ninguna está sucia, Hannelore?). Al igual que Ermelinda, me quemé con mi propia ambición. Pero sobreviví, aunque solo fuera para que me carcoma la incertidumbre, ese enemigo incansable de los que tienen treinta.

Como sea... Primero que nada, quiero salvar a mi hermana; salvarla de sí misma y de la Alianza. Están tan asustados por sus innovaciones que no pueden ver que, en el fondo, ella no quiere lastimar a nadie. (Nota personal: Ojalá no me equivoque; espero que el amor por mi hermana no me ciegue). Y el nombre de esa máquina espantosa, Hyperion, sé de dónde viene. Papá era fanático de las historias nórdicas, pero a nosotras nos gustaba más la mitología griega, y Ermelinda solía pedirme que le leyera sobre los titanes y los dioses. Recuerdo que se devoraba esos libros, pero prefería escucharme a mí leerlos. Incluso me lo dijo una vez.

Fragmento del diario personal de Ermelinda Jung

Parece que la balanza de poder no está tan de mi lado como pensaba. Mis fuentes me dicen que la Alianza tiene un as bajo la manga. "Una reina de tréboles" sería más apropiado, ya que el truco es nada menos que mi hermana. No me sorprende que confiaran en ella tan pronto. Lo único en lo que me supera es haciendo contactos útiles y explotándolos tanto como pueda. Eso ya fue demasiado, Hannelore. Ya no es simplemente algo de hermanas. No es un duelo personal conmigo; ¡estás atentando contra la familia y todo lo que representa! Adelante. Que lo bauticen como "El duelo de las hermanas".

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